ELIMINAMOS LAS PLAGAS DE FORMA ECOLÓGICA EN BRASIL
INFORMACIÓN
Un cliente brasileño de alimentos y bebidas a nivel mundial intentaba conseguir una certificación ecológica para una nueva línea de aperitivos. Ecolab Pest Elimination había estado colaborando con la empresa durante muchos años, administrando pesticidas tres veces por semana. Para producir aperitivos ecológicos la empresa debía adaptar sus procesos y encontrar una solución que cumpliera los requisitos de la certificación ecológica.Los tratamientos para plagas que aplicaban requerían de una parada de 12 horas en la producción tras cada aplicación para que se evaporase el agua utilizada en la solucion y llevar a cabo una limpieza exhaustiva. La planta vio la oportunidad de mejorar no solo sus ofertas, sino también su rendimiento operativo y rentabilidad. La nueva solución logró las tres cosas y produjo un aumento de la rentabilidad de un 30 por ciento.
INNOVACIÓN
Un especialista del servicio de Ecolab Pest Elimination in situ inspeccionó la planta y recomendó mejoras estructurales y soluciones de limpieza.
Dentro de las instalaciones, Ecolab:
- Aumentó las inspecciones y el número de trampas de feromonas y de cartón con pegamento para el suelo. Esto dio como resultado una mayor rapidez en la detección y captura de los insectos que habían entrado en la planta.
- Pasó a utilizar productos ecológicos. Incluidos, entre otros, el aceite de nim, un pesticida natural que se encuentra en las semillas del árbol de nim y la diatomita, un polvo fino obtenido de microfósiles de algas.
Ecolab también implementó el programa de moscas grandes a nivel mundial. Utiliza un innovador enfoque de fuera hacia dentro, con el objetivo de averiguar el origen de la actividad de las moscas grandes y resolver los problemas antes de que la mosca llegue al interior, reduciendo así los riesgos de seguridad alimentaria relacionados con las moscas grandes. El componente clave es la estación para moscas Stealth™, un dispositivo reflectante que atrae las moscas antes de que puedan entrar en una instalación.
El cliente obtuvo la certificación ecológica para su nueva línea de productos. Además, sin los tiempos muertos necesarios tras la aplicación del pesticida, la instalación ganó un día de producción al mes (24 horas), con un aumento de la productividad de un 3,3 por ciento.