Está en un restaurante, disfrutando de una buena comida con sus amigos y en medio de la conversación nota el zumbido de una mosca de la fruta en la cara. Aunque lo vea como una molestia, ¿sabía que también es señal de problemas de saneamiento en el restaurante? Cada vez más consumidores (e inspectores de sanidad) saben que las moscas pequeñas pueden ser señal de problemas mayores en las instalaciones de un servicio de alimentación. Lo que antes era una experiencia aislada para unos pocos clientes, puede tener hoy un considerable impacto sobre la afluencia a su local, debido a las redes sociales y a las reseñas de restaurantes por Internet. El impacto empresarial de una crítica negativa puede ser significativo, según una investigación que muestra que una puntuación de media estrella más puede motivar que los restaurantes vendan todas las reservas con un aumento de frecuencia del 49%.¹

Un buen saneamiento de las instalaciones resulta decisivo en la lucha contra las moscas pequeñas. Si nota alguna mosca de este tipo en sus instalaciones, intente descubrir dónde se congregan. Busque humedad o señales de putrefacción en las proximidades (en ocasiones, debajo o rodeando frutas y verduras en descomposición, desagües, alfombrillas o contenedores de basura), que pueden ser el origen de la aparición. La atracción por el exterior se puede reducir mediante el uso de lámparas de vapor de sodio de alta presión, la eliminación de la vegetación cerca de los cimientos, la limpieza de los contenedores de basura y el sellado de grietas y recovecos. Si las moscas persisten tras una limpieza exhaustiva, Ecolab puede ayudar con tratamiento y protección continua.

¹ https://are.berkeley.edu/~jmagruder/Anderson%20and%20Magruder.pdf