Puede que nos resulte difícil buscar algún aspecto positivo a la pandemia de la COVID-19, pero lo cierto es que, durante este tiempo, la industria alimentaria ha sido testigo de una reducción drástica de las enfermedades producidas por los alimentos.

Durante el último año, diversos estudios han dejado patente que las medidas adoptadas en todo el mundo para protegernos frente al coronavirus (las mascarillas, la distancia social, la mejora de las prácticas de limpieza y desinfección, etc.), también pueden haber contribuido a un descenso de las enfermedades derivadas de los alimentos. Un estudio realizado el año pasado en EE. UU. constató una reducción del 86% en las infecciones por norovirus, una de las principales causas de este tipo de afecciones.

Este porcentaje es muy significativo y permite demostrar que es posible prevenir toda una serie de enfermedades con el simple hecho de establecer unos buenos hábitos de higiene. Con motivo de la celebración del Día Mundial de la Seguridad Alimentaria el próximo 7 de junio, hemos pedido a algunos expertos de Ecolab que nos den su opinión sobre cómo podemos evitar acomodarnos y continuar trabajando para minimizar los riesgos asociados a la seguridad alimentaria, al mismo tiempo que abordamos los retos empresariales clave propios de la vuelta al desarrollo de nuestras operaciones a tiempo completo.

La pandemia ha supuesto todo un cambio cultural en torno a los procesos de limpieza, higiene y seguridad alimentaria. La mejor forma de garantizar su continuidad es el establecimiento de unas expectativas claras que garanticen una limpieza visible permanente tanto para los empleados como para los clientes. Cuando estos últimos ven la seriedad con la que una empresa se toma las medidas de limpieza, se sienten mucho más seguros y cómodos.

También es importante que cambiemos el discurso respecto a los protocolos de limpieza para mostrar que no solo tienen que ver con protegernos de la COVID-19, sino que debemos continuar con ellos para evitar toda una serie de enfermedades relacionadas con los alimentos y con otro tipo de factores. Esta mejora de los procedimientos de limpieza ha traído consigo efectos positivos que deseamos seguir obteniendo en el futuro.

En estos momentos, el mayor desafío el que se enfrenta la industria de servicios alimentarios tiene que ver con los empleados. Debido a las restricciones y los cierres impuestos durante la pandemia, la vuelta a una rutina con todo el personal y los servicios a pleno rendimiento puede resultar complicada. La llegada de nuevos empleados hace que resulte fundamental ofrecer formación efectiva para mantener el nivel de servicios y seguridad alimentaria que las empresas desean ofrecer y los clientes esperan obtener. Recurrir a las herramientas de formación, los protocolos y los procedimientos de Ecolab ayudará a favorecer las operaciones presenciales y permitirá ofrecer una formación cruzada efectiva al personal.

Es necesario que nos demos cuenta de que la gran disminución de las enfermedades relacionadas con los alimentos que hemos podido observar tiene que ver, en gran medida, con la mejora de nuestras prácticas de higiene, como el lavado de manos y la mejora de los protocolos de limpieza y salud pública. Nos encontrábamos en un contexto en el que entendíamos por qué debíamos actuar así y terminamos por acostumbrarnos.

La industria alimentaria debe aprovechar este impulso mediante la implementación de buenas políticas sobre enfermedad y programas de limpieza y desinfección mejorados, así como el mantenimiento de las mejores prácticas posibles sobre higiene de manos. Los establecimientos también deberían hacerse eco de estas medidas e incluirlas en sus políticas de forma permanente para que sus clientes sean conscientes del compromiso de la empresa.

Es posible que veamos ciertos cambios en las regulaciones a medida que la industria alimentaria sigue evolucionando y adaptándose a circunstancias como la pandemia. Resulta imprescindible que los establecimientos continúen aplicando las medidas básicas de seguridad alimentaria, como la gestión de la temperatura, la desinfección y la eliminación de cualquier tipo de contaminación cruzada.

Al principio, mucha gente dudaba acerca de cuáles eran las mejores soluciones de limpieza y desinfección para combatir el coronavirus y, de hecho, tendían a excederse por no entender correctamente los principios científicos de los distintos procedimientos. Los proveedores de alimentos y bebidas estaban desbordados por la gran cantidad de productos e información nuevos, por lo que desde Ecolab les ayudamos a simplificar toda esta vorágine gracias a la oferta de soluciones y procedimientos efectivos.

También les mostramos a rentabilizar al máximo sus recursos y optimizar la eficiencia en la época en la que se impusieron restricciones de personal. Las tecnologías digitales han desempeñado un papel muy importante en todo ello y espero que esta tendencia continúe así.

La industria alimentaria está preparada para los cambios que pueden traer consigo los análisis de datos y el seguimiento digital. Los clientes descubren que el seguimiento digital les puede ofrecer datos procesables en lugares en los que no esperaban. Hemos estado trabajando con científicos especializados en datos y estadistas para ofrecerles una solución lo más significativa posible, de forma que la puedan entender y utilizar fácilmente para evitar la aparición de posibles problemas y optimizar sus operaciones.

Durante el último año, los expertos en seguridad alimentaria tuvieron que convertirse en profesionales de salud pública. Aunque seguramente supieran cómo tratar un brote de E. coli, tuvieron que adaptarse para entender qué ocurría con el nuevo virus respiratorio y qué impacto tendría sobre sus empresas. Actualmente, están trabajando para saber cuáles de esas medidas de limpieza han de continuar con nosotros para seguir avanzando.

La pandemia sirvió como un periodo de formación para las personas que no entendían la diferencia entre limpieza y desinfección. Durante el año pasado nos esforzamos enormemente en explicar la diferencia entre ambos conceptos, su importancia y la forma de garantizar unos buenos procedimientos para conseguir los mejores resultados. Todos estos conocimientos seguirán acompañando a nuestros clientes tras la pandemia.

En Europa, uno de los retos a los que se enfrenta la industria alimentaria tras la pandemia tiene que ver con la sostenibilidad y los residuos de embalaje. Los clientes se encuentran inmersos en un conflicto interno importante, ya que tratan de reducir tanto su huella de carbono como su producción de residuos y su uso de plásticos, pero no quieren que nada de esto afecte a sus procedimientos de seguridad alimentaria. Por tanto, están tratando de mejorar la forma en la que sus alimentos afectan al planeta y desde Ecolab intentamos ayudarles a conseguir sus objetivos en materia de clima y seguridad alimentaria.

En cuanto a los recursos digitales, los clientes están haciendo uso de la tecnología para desarrollar formas más efectivas de ofrecer formación a los empleados. Al disponer herramientas más fáciles de utilizar en un entorno digital, es mucho más probable que se produzca una mejora en la eficiencia y la eficacia de los procedimientos. Durante el confinamiento, no siempre podíamos reunirnos de forma presencial con nuestros clientes como solíamos hacerlo. Las soluciones digitales nos permitieron acabar con las esperas innecesarias a la hora de atender cualquier tipo de consulta, y espero que sigamos utilizando este tipo de servicios tras la pandemia.

Algo que ha cambiado en la industria alimentaria es la forma en que los clientes han entendido que integrar la gestión de plagas en sus procedimientos es muy necesario para garantizar la seguridad alimentaria.

El establecimiento de unos protocolos de limpieza apropiados es fundamental para que la gestión de plagas y los resultados sean lo más efectivos posibles. Por tanto, animamos a nuestros clientes a que sigan implementando y mejorando sus programas de desinfección en la medida de lo posible, ya que está demostrado que funcionan. La industria ha llevado a cabo un trabajo increíble a la hora de responder a los desafíos planteados por la pandemia, por lo que deberían tratar de mejorar aún más dichos programas en el futuro.

Además, el seguimiento digital resultará muy importante para todas las industrias, no solo la alimentaria, de ahora en adelante. El hecho de disponer de datos en tiempo real resulta cómodo y ayuda a prevenir o atajar rápidamente los problemas que puedan surgir. Cuanto más crezca nuestra oferta de soluciones digitales, mejor podremos ayudar a nuestros clientes y garantizar unos procedimientos limpios y seguros.