5 medidas prácticas para proteger su lugar de trabajo del coronavirus
Como profesional de la seguridad alimentaria y la salud pública, sé de primera mano que los protocolos de limpieza en el lugar de trabajo suelen ser más fáciles de establecer que de cumplir. Por muy claramente que se hayan fijado las normas, he visto a trabajadores alimentarios lavarse las manos "deprisa y corriendo" en los aseos o no lavárselas siquiera. Todos somos humanos y, en el mundo real, sucede en casi todas partes.
Un estudio del año 2018 realizado por el Departamento de Agricultura de EE. UU. demostró que el 97% de las personas no se lavan las manos de forma correcta. La mayoría no dedican los 20 segundos que son necesarios para lavarse ni se secan con una toalla limpia. Otro estudio publicado recientemente en la revista Journal of Acute Care and Physical Therapy ha revelado que incluso en los hospitales, la limpieza de las manos de las visitas deja mucho que desear. Se podría pensar que quien entra en un edificio lleno de personas enfermas pondría especial cuidado en mantener a los gérmenes alejados de sus manos, pero la realidad suele ser lo contrario. Las tasas de limpieza de manos en un hospital varían mucho, del 0,5 al 11% en la entrada principal, del 9 al 35% en las unidades de admisión general y cirugía y del 7 al 94% en las unidades de cuidados intensivos.
Esta inconsistencia de comportamiento da que pensar, teniendo en cuenta el brote actual de la enfermedad por el nuevo coronavirus, también conocida como COVID-19. Si a tantas personas les resulta difícil poner en práctica una limpieza de manos básica en tiempos normales, ¿cómo podemos ayudarles a realizarla ante una posible pandemia?
La buena noticia es que existen unas medidas prácticas y razonables que puede tomar para mejorar significativamente el cumplimiento de la normativa de limpieza en su lugar de trabajo. Nunca ha habido mejor momento que ahora para cambiar la mentalidad sobre la prevención de enfermedades infecciosas. Debería implementar estas medidas en su entorno laboral a la mayor brevedad posible, no solo para protegerse usted y ayudar a detener el brote actual, sino también para prepararse ante brotes futuros.
Aunque todavía no conocemos todas las repercusiones del coronavirus, sí sabemos que nos enfrentamos a una situación grave. La Organización Mundial de la Salud ha declarado el brote de pandemia global. A nivel mundial, se han confirmado 100.000 casos de contagio y 4.000 muertes. Muchos países han establecido cuarentenas, cerrado centros educativos y cancelado eventos. Las consecuencias económicas pueden ser muy importantes. Todos debemos comportarnos responsablemente y ayudar a evitar que el virus se siga propagando.
En Ecolab estamos acostumbrados a este tipo de desafíos. En 2019, ayudamos a nuestros clientes a limpiar 15 millones de habitaciones de hospital y más de mil millones de habitaciones de hotel. Todos los días capturamos los datos de 1,3 millones de interacciones de limpieza de manos en hospitales de todo el mundo. Un estudio realizado en cinco hospitales estadounidenses ha mostrado que, después de dos años, nuestro nuevo programa de limpieza de manos ha aumentado las tasas de cumplimiento de la normativa hasta un 86-90% y reducido las tasas de infecciones hospitalarias en un 29%. En cambio, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades calculan que el cumplimiento de la normativa en limpieza de manos se mantiene en una media del 40%. Nuestro enfoque consiste en observar de cerca, detectar los lugares en los que se incumplen los protocolos, desarrollar soluciones y controlar la situación en busca de una mejora continua.
Independientemente de su actividad profesional, si se rige por los mismos principios y toma medidas sencillas y de sentido común, usted puede mejorar de forma radical los protocolos de prevención de infecciones en sus propias oficinas e instalaciones y ayudar a su personal y a la población en general. Le mostramos cómo:
1. Informe a sus empleados:
Hoy en día todos estamos en las redes sociales y nos bombardean 24/7 con noticias, tanto verdaderas como falsas, sobre el coronavirus. Muchas personas están confusas o desconfían sobre los que oyen. Ocúpese de proporcionar la información correcta.
Para informar a sus empleados, empiece por informarse usted mismo. Un buen punto de partida es la página sobre el coronavirus de Ecolab. También debería estar muy pendiente de los comunicados procedentes de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), la Organización Mundial de la Salud (OMS) y las autoridades sanitarias de su país.
2. Céntrese en las vulnerabilidades y elabore un plan:
Forme un equipo de prevención de infecciones. Asígneles la tarea de examinar detenidamente el entorno laboral, detectar las posibles áreas de riesgo y proponer un plan para abordarlas.
Algunas soluciones son evidentes. Resulta obvio que hay que desinfectar las superficies de mucho contacto como pomos, botones de ascensores e interruptores de la luz o proporcionar toallitas desinfectantes e instalar puestos de desinfección de manos. Pero puede haber otras cosas a tener en cuenta. Si, por poner un ejemplo, la mayoría de sus empleados utiliza un transporte público abarrotado puede ser una buena idea prestar aún más atención al mantenimiento de la limpieza de las puertas exteriores y colocar dispensadores de desinfectantes de manos en las entradas.
También sería lógico examinar sus políticas y prácticas de RR. HH. ¿La gente puede trabajar desde casa si hiciera falta? ¿Tienen la tecnología necesaria? ¿Sus empleados se sentirían cómodos tomándose unos días de baja?
Los problemas variarán en cada una de las oficinas e instalaciones. Quizá piense que ya lo está haciendo bastante bien. Pero, según nuestra experiencia en entornos difíciles, sabemos que todo empieza por un análisis detallado y metódico de los protocolos ya existentes. No puede detectar y solucionar fallos si no los busca.
3. Forme a su gente:
Lo fundamental para mantener las infecciones víricas a raya es bastante sencillo: lávese las manos a fondo y con frecuencia. Cúbrase la boca al toser y estornudar. Limpie y desinfecte las superficies de contacto frecuente con regularidad. Quédese en casa si está enfermo. Todo esto es fácil, pero sabemos que la gente no lo suele hacer todo lo a menudo que debería. Asegúrese de que sus empleados saben cómo cumplir con las directrices de limpieza en sus actividades diarias mediante la formación.
Designe a algunos miembros del equipo de prevención de infecciones para que enseñen a sus compañeros los procedimientos adecuados. El protocolo correcto del lavado de manos, por ejemplo, es fácil de aprender. Encontrará el vídeo de Ecolab sobre el tema aquí. Reunir a su gente para formación creará además una sensación compartida de urgencia y compromiso.
4. Reevalúe y mejore:
Nada es perfecto y, desde luego, no al principio. Por eso debería pedir a sus empleados, empezando por su equipo de prevención de infecciones, que esté muy pendiente de que cumplan las normas. ¿Existe algún fallo evidente? ¿Ha omitido algún lugar? ¿Está funcionando el plan? Esto le ofrecerá la posibilidad de abordar los problemas sobre la marcha e introducir mejoras continuas
5. Plan de contingencias:
Como ha sucedido en países como China, Corea del Sur e Italia, puede que se vea obligado a cerrar sus puertas durante un tiempo y pedir a sus empleados que trabajen desde casa. ¿Tiene un plan que asegure la continuidad de la empresa? ¿Sabe qué hacer si se descubre que un miembro de su personal o uno de sus parientes cercanos tiene síntomas de COVID-19? Si esto ocurriera, ¿sabe cómo desinfectar los lugares de trabajo afectados? ¿Dispone de un protocolo para reabrir su entorno laboral tras una posible cuarentena? Quizá no necesite contar con estos protocolos después de todo, pero es mejor planificar que llevarse una sorpresa.
En este momento sabemos, que el coronavirus supone un grave riesgo para la salud mundial pero nadie sabe haste qué punto se propagará el virus en último término, ni cómo afectará a nuestros propios entornos laborales, familias, espacios sociales y al mundo en su conjunto.
Pero lo que sí sabemos es que esta no será la última vez que un brote cause preocupación generalizada y que hay cosas que podemos hacer ahora mismo para ayudar a detener la propagación de enfermedades. La situación actual es un estímulo muy valioso para cambiar nuestra mentalidad. Todos deberíamos aprender de memoria la lección que nos enseña el actual brote. Hagamos todo lo que podemos para tener cuidado en estos momentos, sabiendo que los protocolos que implementemos ahora nos ayudarán en el futuro.
Ruth Petran, Ph.D., CFS, es científica corporativa ejecutiva para la Seguridad Alimentaria y la Salud Pública en Ecolab.